domingo, 18 de marzo de 2012

Semilla de la Esperanza.

Al  entrar la época de lluvia, se contempla en los rostros de las personas que viven en el campo una cara de alegría, se dibuja una sonrisa, la posibilidad de sembrar, de estar en contacto con la tierra.
Es la posibilidad de hacer algo fructífero por el País,   la posibilidad de un cambio, tanto en lo espiritual como en lo económico. Comienzan los preparativos para la faena diaria, se ordena las herramientas, el machete, la escardilla, la chicura, el garrote algunos lo llamas garabato, todo esta preparado, el jefe de casa o caporal diseña la estrategia a seguir, primero tendrán  que caminar hasta llegar a la vega, otros se quedaran en el rancho preparando la comida que llevaran mas tarde al sitio donde están los otros trabajando, es una rutina y no cambia.
Se respira profundo, se toma aliento, van todos con el macheta en la mano, limpiando el terreno. Cuidado con la mapanare, es la expresión que se utiliza a diario para prevenir a los  demás, otros no muy separados, van abriendo surcos sobre la tierra recién mojada por la lluvia de la madrugada. Cuantas esperanzas están  puestas en ese pedazo de tierra. El campesino sueña con tener lista la vega, lista para la siembra, en cualquier momento mira hacia donde están las semillas, las mismas que dentro de un rato estarán preñando el suelo fértil, buscando el calor de la tierra. Es una tarea difícil, se trabaja hasta medio día  a veces pareciera que la mañana no rinde, es el desespero por tener la tierra lista.
Pero una cosa  si están seguros, al llegar la tarde, ese pedazo de tierra, o como ellos lo llaman, su vega, estará con unas semillas dentro de sus entrañas, en  unos días llegara a flor de tierra la esperanza que les dirá que la cosecha esta cerca.

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